Ayer tuve el placer de asistir a la inauguración de la exposición de las obras de Ito Shinsui en la Fundación Miró de Barcelona. A continuación pudimos ver una demostración de shin hanga (movimiento artístico en Japón a principios del siglo XX, que revitalizó el arte tradicional del ukiyo-e – gravado sobre papel-) por parte de Takuya Okada (nacido en Ibaraki, Japón, 1983). Finalizó la velada con un cocktail en una carpa, con Barcelona a nuestros pies. ¡Un gran evento!
La inauguración la realizó el director de la fundación, Marko Daniel, junto a la comisaria de la exposición Akiko Katsuta. El cónsul del Japón, Naohito Watanabe, destacó el momento histórico de intercambio cultural entre occidente y oriente, con la influencia oriental del manga, el anime, el cine o la comida japonesa.
Las obras de Ito Shinsui nos transportan al Japón tradicional, mostrando paisajes de la naturaleza, paisajes urbanos, y sobre todo, retratando a mujeres vestidas con kimonos, siendo todas obras minuciosas y delicadas. Son retratos intimistas, con pocos elementos, en los que excepto en uno o dos, las damas miran al infinito, están distantes, como ensimismadas en sus pensamientos. Las caras de color blanco contrastan con el color negro de sus cabellos y con los colores vivos de sus ropas, llenas de detalles. Como reflejo de la sociedad, se nota un gran cambio entre los retratos de los años 30, con mujeres tradicionales, a los retratos de los años 50, que muestran a mujeres con influencias occidentales en sus ropas y peinados.
Después de la inauguración de la exposición, pudimos presenciar en el auditorio una demostración de impresión sobre papel Takuya Okada, artesano que combina las técnicas nuevas y las tradicionales. Mientras hacía la demostración nos explicaba todo el procedimiento de impresión. Se le considera poseedor de una “técnica de conservación seleccionada como patrimonio cultural inmaterial” por el gobierno japonés.
El dibujo que realizó era una reproducción de conocida La gran ola de Kangawa, de Katsushika Hokusai (1760-1849):
La técnica del grabado la realizan tres artesanos distintos, cada uno con su función: uno graba el dibujo en la madera; otro imprime la pintura (acuarela); y otro pinta (entiendo que los detalles). El editor les hace los encargos. Los grabados tienen dos tamaños, el grande (medio papel washi, similar a A3) y el mediano (similar a A4). La formación de esta técnica, su aprendizaje, dura unos 10 años.
Se realizan tantas tablas talladas e impresiones, como colores tiene el dibujo. ¡Pueden haber hasta 36 planchas para un solo dibujo! Se empieza con los colores más suaves, continuando con los más intensos u oscuros. Generalmente, hacen unas 100 impresiones de un dibujo (como algunas se estropean, hacen unas cuantas de más, unas 120). En la demostración hizo 3 impresiones.
Para realizar la impresión, primero pinta la madera con acuarela y un poco de adhesivo, pasando primero un pincel y después un cepillo, unificando la pintura. Luego sitúa el papel japonés, washi (elaborado con fibras de una morera, Kozo) sobre la madera. El papel es muy resistente, por ello se conservan obras de hasta 200 años. El papel se sitúa sobre unas marcas para que esté siempre en la misma posición cuando se cambia de madera. A continuación se presiona el papel con una pieza de bambú llamada baren. Los papeles, entre un color y el siguiente, se ponen bajo un plástico para conservar la humedad. Los degradados se consiguen aplicando agua en la parte de color más suave.
Cada una de estas pieza de baren cuesta unos 1.300€, porque el único artesano de Japón que las hace tarda más de un mes en hacerlas. Si se incendiara la casa de Takuya Okada y tuviera que salir corriendo, ¡antes cogería sus baren que el dinero! Están compuestas por una capa de corteza de bambú trenzado, 50 papeles pegados entre si en el interior, y una capa exterior de urushi (laca japonesa). La superficie de bambú no queda lisa, sino levemente ondulada.
La tarde finalizó con un delicioso cocktail de comida japonesa.
La exposición se podrá visitar desde el 1 de marzo al 20 de mayo de 2018. ¡Os la recomiendo!